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Sube al momento en el qué estás. Tu camino es como un scrapbook, un puñado de páginas a revisitar, decisiones tomadas, aciertos inadvertidos y afortunados errores. ¿Qué factores te han llevado hasta dónde estás?

Bitácoras en Órbita te permite navegar por un collage de impresiones que diez profesionales de la educación han recogido a lo largo de un año en sus cuadernos de campo.

Su viaje es un itinerario circular e infinito, que te animamos a seguir a tu gusto para que te pierdas en las diferentes etapas que conforman el paisaje del empoderamiento.

Bitácoras en órbita
El empoderamiento es un trayecto continuo e infinito. El círculo que verás a continuación quiere ser su representación. En él se alojan, en forma de circunferencias de colores, las diferentes etapas del proceso de empoderamiento que diez profesionales de la educación han ido definiendo con sus reflexiones. Al seleccionarlas, podrás ver en qué etapa remiten y descubrirás los materiales elaborados para describirla.

Los diferentes colores responden a tres tipos de recursos:
Las circunferencias verdes contienen páginas de cuadernos de campo.
Las de color naranja, piezas audiovisuales sobre temas específicos, registradas por los mismos educadores.
Las de color amarillo contienen fragmentos de cuatro focus group donde los participantes compartieron experiencias.

A través de estos materiales, podrás profundizar en el significado de un término abstracto y poliédrico como es el del empoderamiento juvenil; circulando por sus etapas, desde la reflexión previa hasta la evaluación de los resultados.

En el menú de la parte superior derecha, podrás conocer más sobre el proyecto y también acceder a un archivo de los materiales, donde podrás filtrarlos por conceptos e intereses determinados.
Esta página se ha elaborado siguiendo las recomendaciones de utilización de lenguaje no sexista. Por ello, en la medida de lo posible, se han utilizado expresiones genéricas que incluyen la diversidad de géneros. Para aquellas situaciones en las que esto es complejo, se ha utilizado la forma normativa del masculino genérico propia de la lengua castellana. A no ser que se especifique lo contrario, se debe tener en cuenta que esta forma engloba tanto el masculino como el femenino.
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"Me llamo Jose Alonso Represa. Nací y vivo en el barrio del Raval de Barcelona. Trabajo como educador social desde hace más de 25 años, especializado en el ámbito de la orientación y la inserción laboral. Gran parte de mi trayectoria profesional la he desarrollado en el Casal d’Infants del Raval y en la Fundació Èxit donde continúo colaborando en la actualidad.

En estos momentos trabajo de consultor social y formador especializado en metodologías de orientación (competencias, empleabilidad, acción tutorial), intermediación laboral y voluntariado corporativo. Además de la Fundació Èxit, colaboro con la Diputación de Barcelona impartiendo charlas de orientación, con diferentes ayuntamientos realizando formaciones a personas para la búsqueda de trabajo y con la Associació Adonar de Valencia."

12 diciembre, 2018

 

        A mí, la palabra “empoderamiento”, que usamos mucho – igual que “emprendimiento” y este tipo de palabras –, no me acaba de convencer del todo. No es que no crea en su significado, sino que creo que otorga un valor muy alto a una cosa por la cual todos y todas pasamos.

Yo intento hablar siempre de “procesos de madurez”. Por experiencia propia y por lo que he ido viendo en los jóvenes con quienes he trabajado estos años, uno de los temas que más me preocupa de los procesos de madurez – o de crecimiento, o de empoderamiento, digámoslo como queramos – es las posibilidades que tiene cada joven de equivocarse a lo

largo de los pasos de este proceso. Creo que la posibilidad de equivocarse y las consecuencias que se derivan van muy ligadas a la situación personal, social, familiar o económica de cada joven, y que, por tanto, no todos los jóvenes tienen las mismas oportunidades de cometer errores y obtener segundas oportunidades.

Volviendo otra vez a mi experiencia personal, mientras yo me vinculaba con el Casal dels Infants y empezaba a establecerme como educador social, amigos de mi mismo entorno y en situaciones socioeconómicas parecidas, tomaron otras decisiones y cometieron “errores” que no han podido arreglar nunca. Con los años me he dado cuenta de que si aquellas decisiones se hubieran sacado del contexto social del Raval de

aquella época y trasladado a un barrio que está a cuatro pasos como es el Eixample, seguramente estos jóvenes habrían tenido la oportunidad de repetir esas decisiones y rehacer el camino que estaban emprendiendo. Esta situación, que se repite incluso ahora en diferentes contextos, me preocupa a la hora de plantear los procesos de madurez o empoderamiento.

Equivocarte te hace crecer: ¿Por qué no damos a todos los jóvenes las mismas oportunidades de cometer errores y rectificarlos? Yo, como educador social, ¿de qué manera puedo dar estas oportunidades a los jóvenes con quien trabajo, jóvenes que normalmente no las tienen? Es una labor muy delicada en la cual te tienes que balancear continuamente entre tus objetivos 

(aquello que te viene marcado desde la entidad social o tus financiadores) y al mismo tiempo dejando que el joven choque con la realidad, que se equivoque, eche hacia atrás y vuelva a avanzar hacia delante.

Jose Alonso; educador social