3 de junio, 2019

En base a los resultados obtenidos en relación con el empoderamiento de los y las jóvenes, queremos marcar una serie de puntos fuertes y puntos débiles que hemos observado en los tres proyectos analizados.

En la búsqueda del desarrollo

 Puntos fuertes:

• El hecho de que muchas de las jóvenes de este proyecto hayan sido voluntarias en espacios de ocio educativo fue un punto positivo, porque tenían interés y motivación por el tema. Decidimos aprovecharlo y les dimos la

posibilidad de investigar más a fondo sobre sus inquietudes. Vimos un fuerte empoderamiento que se extendió por todo el grupo de participantes (una gran mayoría de chicas, casi el 90%) y enseguida ellas mismas se hicieron responsables del proyecto.

• Los y las jóvenes se encargaron de realizar las diversas partes de la cartografía audiovisual, trabajaron en equipo y aprendieron a utilizar las diferentes herramientas. Se mostraron responsables y seguras en la toma de decisiones a lo largo del proceso.

Puntos débiles:

• A causa de ser un proyecto con

pocas sesiones y muy dilatado en el tiempo, hubo momentos en los que los y las jóvenes estaban de exámenes y había bastantes ausencias en las sesiones, lo cual dificultaba trabajar correctamente la continuidad del proyecto.

• Hubo momentos de falta de coordinación con el equipo educativo que llevaba la dinamización general del proyecto. Esto generó ciertas fricciones entre estos profesionales y nuestro equipo, pero supimos aclararlas y encontrar soluciones para continuar adelante con el proceso.

En el caso de los proyectos que implican la coordinación y el trabajo junto a otros equipos educativos y/o entidades, 

consideramos primordial procurar tener una relación óptima que permita desarrollar el proyecto de la mejor manera posible. Por tanto, conviene cuidar que no surjan malentendidos que puedan dificultar incluso más el trabajo en común.

Geovivència
Puntos fuertes:

• Observamos un cambio positivo en muchos de los y las jóvenes que habían empezado las sesiones con una actitud apática y poco colaboradora, a lo largo de las sesiones mostraron interés sincero por los temas investigados, y asumieron una actitud entusiasta y activa.
• A través del proyecto las y los alumnos se implicaron en temas de su barrio, conocieron de primera mano realidades que les rodean, pero a las cuales nunca se habían acercado, y observamos un empoderamiento real cuando tomaron las riendas de la investigación para preguntar sobre

aquello que les intrigaba.

• Los y las jóvenes establecieron una relación con las entidades y personas del barrio que va más allá de la duración del proyecto. El empoderamiento de los y las alumnas lo vemos en el orgullo que muestran ante el vídeo realizado por ellos/as y en la forma en la que debaten y reflexionan sobre el tema investigado en las diferentes presentaciones de las piezas audiovisuales que hasta ahora se han organizado en el instituto, el barrio y en otros espacios de Barcelona.

 Puntos débiles:

• El poco tiempo disponible para las

sesiones generó dificultades para conseguir la implicación y el compromiso del alumnado, sobre todo en las clases de Cultura y Valores y Religión, que solo disponían de 10 sesiones de 1h que, por cuestiones externas, se vieron reducidas a menos. Esto generaba malestar entre las y los alumnos y falta de motivación por tener que cumplir plazos muy ajustados.

• Trabajar en el contexto del instituto y dentro del currículum lectivo, a veces provocaba apatía hacia el proyecto por parte del alumnado. 
• El hecho de trabajar junto a profesores de instituto, en alguna ocasión dificultó la relación y el

• trato directo con el alumnado, y provocó confusiones y fricciones entre nuestro equipo y las/los alumnos, sobre todo en el caso de un profesor que no estaba convencido de acabar el vídeo a tiempo. Decidimos reunirnos con el profesor para hablar sobre el tema y conjuntamente pensamos la mejor manera de organizarnos y sacar provecho del poco tiempo disponible. Mediante una combinación de trabajo online y presencial, conseguimos motivar a los y las jóvenes para que se esforzaran en la recta final y consiguieran acabar los vídeos.

Un punto negativo se transformó en positivo y ayudó a empoderar a los y las jóvenes en la última fase del proyecto.

Laboratorio de identidades

Puntos fuertes:

• Los y las jóvenes se implicaron en el proyecto desde un primer momento. El hecho de que pudieran decidir qué querían hacer y explicar, y de qué manera preferían expresarlo, les dio mucha tranquilidad y libertad. Creemos que eso fue clave para conseguir el empoderamiento que observamos durante el proyecto.
• Los y las jóvenes se mostraron orgullosos/as del trabajo hecho, y quisieron presentar los resultados ante representantes de instituciones, direcciones de sus institutos, familia y amistades.
• El empoderamiento les generó una

confianza y seguridad que les permitió exponer sus ideas y sus sentimientos con sinceridad delante de una cámara y después reflexionar. Compartieron miedos, sueños y contradicciones en debates muy animados.

Puntos débiles:

• Podría decirse que, en ocasiones puntuales, el empoderamiento de los y las jóvenes tuvo una contraparte negativa. A la hora de realizar el vídeo final, llegó el momento de decidir qué partes de las grabaciones llevadas a cabo a lo largo del proyecto formarían parte y cuáles no. Algunos/as de los/las jóvenes decidieron no mostrar en público una parte del trabajo

personal que habían hecho.

• Un punto débil también sería que, al tener que adaptarse al tiempo y a los intereses de los y las jóvenes, en algunas sesiones no pudimos trabajar en aquello que se había previsto y, en algún caso, tuvimos que replantear la dinámica sobre la marcha por falta de asistencia o bien por un cambio repentino de idea. Eso a la larga generó un resultado contraproducente en el sentido que hubo un trabajo de guion que no se aprovechó, porque no se consiguió rodar. También, al no poder avanzar en algunas sesiones, se retrasó el trabajo y eso quitó tiempo a las sesiones de edición participativa.