15 de abril de 2019
Hoy comparto la canción Esto no para de Kase O.
Hace poco volví a coincidir en una actividad con un joven con el que había estado trabajando hace dos años en una UEC. Durante ese curso, en algunas franjas de intervención, habíamos pactado escuchar música y siempre eran ellos quienes querían elegir canciones porque decían que nuestra música seguro que «era una mierda». El caso, sin embargo, es que en las canciones que elegían, más allá de los gustos musicales, a menudo las letras tenían mensajes machistas o muy pobres y teníamos que censurar algunas.
Al cabo de unos meses, cuando ya nos conocíamos más y sabía qué estilos de música escuchaban, los convencí para que me dejaran poner música a mí. Los puse Kase O, Chikos del Maiz y Zoo. Allí se quedó.
Hace unos días, cuando volvimos a coincidir con este joven, en un momento en que podían escoger música, pidió que le volviera a poner Kase O o Los Chikos
del Maíz, que todavía los escuchaba de vez en cuando y que recordaba aquellos días de la UEC y algunas anécdotas y que había cambiado mucho y etc, etc.
A menudo en la intervención educativa transmitimos cosas más relacionadas con el clima de relación y respeto que estableces con los usuarios (jóvenes, en este caso), que lo que querías transmitir con la propia actividad. Con esto me refiero a que hay toda una serie de aprendizajes/reflexiones o impactos que puedes generar con los jóvenes y que no son tangibles como lo sería observar si ha aprendido a multiplicar 23×45, por ejemplo. Por un lado, porque a menudo son impactos que difícilmente serán programados, ya que de ser así no funcionarían, sino que son, o deberían ser, inherentes a la relación establecida
con el joven y en cómo te has situado y posicionado en diferentes situaciones que se hayan dado y que se hayan compartido.
Por otra, creo que a menudo este tipo de impactos se dan en detalles difíciles de captar, desde preguntarle cómo estás y ofrecerle hablar un día que tal vez lo necesitaba, a dejarle espacio si lo reclama, a confiarle una responsabilidad o a sugerirle una canción con mensajes diferentes a los que escucha a menudo.
En estos contextos, raramente al día siguiente alguien vendrá a decirte que muchas gracias y que no fuiste consciente, pero aquello me quedó y he estado pensando o me fue muy bien. Por eso me hizo ilusión que después de dos años aún recordara aquella canción o
algunas anécdotas y fuera capaz de mirarlo con aquella perspectiva, porque cuando lo explicaba o hablaba ponía más énfasis en estos detalles difíciles de captar que menudo son fruto del cual nos relacionamos.